viernes, 22 de febrero de 2013

EL ESPIRITU SANTO Y LA VIDA ESPIRITUAL






                                  EL ESPIRITU SANTO Y LA VIDA ESPIRITUAL             (6-Bis)

En donde extiende el Espíritu Santo toda su actividad y poder muy especialmente, es en la vida espiritual, en ese campo interior del cual es Rey.
Él se inicia en las almas con suavísimos toques y, si ellas responden y se prestan a su acción transformativa, Él no descansa, calcando mi fisonomía en ellas por medio de las virtudes. Muy delicadamente las posee, las llena de Sí mismo y las enamora de Mí.
Su gusto es presentar al Padre mi imagen en las almas, con más o menos perfección, según su correspondencia.
La vida de perfección es su campo favorito y en cada alma fiel alcanza un triunfo, porque lucha con el espíritu del mal sin descanso.
SATANÁS LE TEME AL ESPÍRITU SANTO
Satanás, por decirlo así, es a la Persona Divina que más teme, por la constante oposición y
victorias con que se ve derrotado y vencido; su bandera lo hace huir, y por eso trata a toda costa de apartar los corazones de la luz, de la fe, del amor de Dios y del prójimo. Pone todas sus baterías en juego para oscurecer el alma con pecados de orgullo, con errores y nubes, con impurezas y mundo, avivando todas las pasiones.
Su táctica es oscurecer y manchar, alejar y borrar la imagen divina en las almas y, por desgracia, mucho consigue hasta llegar a su fin favorito que son los pecados contra el Espíritu Santo, blanco de sus aspiraciones.
Satanás es antagonista de la luz, de la sencillez y claridad; espíritu es de doblez, falsedad y mentira. La verdad lo aterra, la luz lo hace huir, la sencillez lo aplasta, la humildad lo confunde. ¡Y es tan triste para mi corazón que reine ahora en el mundo y en los claustros y que haya llegado a mi Iglesia arrebatándome lo que es Mío! Por eso, el Espíritu Santo hará sentir en estos últimos tiempos su poderoso influjo en los corazones, y la humanidad reaccionará al contacto de lo Divino.
C.C. 40,207-210 Febrero de 1916
ÉL SE COMUNICA Y NOS DA LO QUE ES: SANTIDAD
Es muy fino el campo de la gracia en las almas, y éstas no se dan cuenta ni aprecian las
gracias del Espíritu Santo como debieran.
Necesitan enamorarse de Él, llamarlo, invocarlo y estar atentas e inclinar sus oídos para escuchar las divinas inspiraciones, porque cada inspiración es una gracia, y cuántos descalabros tienen las almas disipadas por dejarlas pasar culpablemente!
La vida mística, la vida interior por la que Yo me comunico se multiplicará en las almas, el día que tome en ellas asiento el Espíritu Santo.
Se materializa el mundo y hasta el campo de mi Iglesia por la falta del Espíritu Santo. Él busca almas en donde formar sus nidos.
Su Ser es darse, es comunicarse, es regalar lo que tiene, lo que es: santidad, riquezas celestiales, dones sobrenaturales, divinidad, y apenas encuentra almas, aun entre los Pastores y los Ministros de su Iglesia que se le presten.
Que todos a una se esfuercen en sacudir la inercia que los postra, el sensualismo que ha entrado hasta el Santuario, y los triunfos de la Iglesia serán seguros.
Dios es caridad y quiere siempre salvar por el amor. Él sabe muy bien que un alma enamorada, sola busca la Cruz sin necesidad de imponérsela. Y este es el sacrificio que al Espíritu Santo más le agrada: el sacrificio nacido del amor.NO DEJAR PASAR LAS GRACIAS
¡Qué profundos son los abismos de la Caridad de Dios! ¡Cómo cubre las imperfecciones,
borra los pecados y pone los rubíes de la Sangre de Jesús en las señales de las gracias desperdiciadas!
Mira hija mía, son de tal naturaleza grandes las faltas de las almas que dejan pasar las gracias, que mucho lastiman a mi Corazón. Y, ¿sabes por qué? Porque cada gracia, de toda la eternidad ha sido destinada para cada alma, en cada circunstancia, tiempo y hora.
Toda la Trinidad ha concurrido a la gracia o virtud de esa gracia, y es una ingratitud en el hombre que no tome lo que Dios le da, que deje pasar una inspiración del cielo, no apreciando su valor.
- Pero Señor, si luego está uno distraído por tantas cosas y apenado que hasta ni se puede.
- No hay disculpa, hija mía, porque el alma tiene los medios necesarios para conservarse como debe en todas las circunstancias de la vida, y abrirse siempre a las voces del cielo, o sea, al sonido o inspiración del Espíritu Santo. Tiene el ángel de la guarda, tiene la luz infusa de la fe, el instinto del bien y del mal, y tiene sobre todo, la imagen de la Trinidad en sí misma, con lo que debiera bastarle y sobrarle para llevar una vida interior y celestial, dispuesta siempre para recibir las lecciones y avisos del Espíritu Santo.
Los hombres todos, nacen para ser santos; pero entre estos, muy especialmente deben distinguirse los que Yo escojo para mi especial servicio.
Si las almas fuesen interiores, si se dieran al Espíritu Santo, si fueren sus nidos, alejando de sí todo ruido del mundo y del amor propio, cuánta más vida mística, cuántos más conductos celestiales tendría mi Iglesia. Que se den al Espíritu Santo los corazones y Él los poseerá; mis santos se multiplicarán, y la faz del mundo cambiará.
Que el Espíritu Santo encuentre recipientes para derramar sus dones, y se renovarán las almas. C.C. 35, 91-97 Febrero de 1911
MARÍA, MODELO DE ACOGIDA AL ESPÍRITU SANTO
¿Quién podrá decir la amorosa complacencia, el gozo divino, la alegría inenarrable, el pleno descanso con que el Espíritu Santo se precipitó impetuosa y suavemente, al mismo tiempo, en el alma de la inmaculada María, como un océano en un cauce inmenso y limpio de obstáculos?
Lo que abre las almas al Espíritu Santo, es la pureza, porque el Espíritu Santo es luz infinita y pureza divina; y María es la Inmaculada.
Lo que abre las almas al Espíritu Santo, es el recogimiento, porque el Espíritu Santo busca el silencio porque es amor, y el alma de María, vivió en un silencio de adoración y amor.
Lo que abre las almas al Espíritu Santo, es el amor; porque siendo el Espíritu Santo, el amor infinito, necesita en las almas amor, para que tengan con Él similitud, y vibren al unísono con Él; y María, es la Madre del amor hermoso.
Lo que abre las almas al Espíritu Santo, es la docilidad perfecta a sus inspiraciones. Si el Espíritu Santo se compara con un artista de divina belleza, el alma de María es una lira celestial, que vibra en perfecta armonía con Él, y que reproduce el cántico del Espíritu, sin perder una sola de sus notas, conservando todos sus exquisitos matices.
Lo que abre las almas al Espíritu Santo, es el dolor; porque el dolor es el amor de la tierra, y María, es la Reina del dolor.
S.D. Luis M. Martínez. Ejercicios Espirituales a Conchita C.C. 47,84-85
ORACION AL ESPIRITU SANTO
Espíritu Santo, Luz de las almas, fortaleza invencible, pureza por esencia, consolador supremo, infunde en nuestra alma la santidad de la cual eres la fuente.
Haz que poseyéndote a Ti, amor eterno, nos unamos al Padre y al Hijo y vivamos en su intimidad.
Te rogamos que intensifiques nuestra, fe, que sostengas nuestra esperanza y que acrecientes nuestro amor.
Divino Espíritu bajo cuya sombra nos abandonamos confiados, fecundiza nuestras almas y danos el amor a la cruz.
Concédenos la gracia de que se extienda por todo el mundo tu reinado y el de la cruz.
Que seamos dóciles a tus inspiraciones y nos abandonemos a la divina Voluntad.
Amén.

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