lunes, 9 de abril de 2012


AÑO JUBILAR. 1937-1862
CONCEPCIÓN CABRERA DE ARMIDA
                                   CRISTO SACERDOTE

Jesús tuvo que asemejarse a sus hermanos para llegar a ser Sumo Sacerdote
misericordioso y digno de confianza en las cosas de Dios, capaz de obtener
el perdón de los pecados del pueblo”. Heb. 2,17-18
Jesús llegó a ser Sumo Sacerdote por medio de sus sufrimientos y de su muerte, ofrecidos con
obediencia filial y solidaridad fraterna.
En el Misterio Pascual de Cristo, la aceptación completa de la solidaridad humana ha realizado
efectivamente lo que los ritos de consagración sacerdotal, por medio de separaciones, se
esforzaban en vano en obtener, esto es, la elevación del hombre a Dios, la unión de la naturaleza
humana con Dios. Este misterio tiene, por tanto, un pleno valor de consagración sacerdotal. La
gloria de Cristo resucitado ha sido reconocida como gloria sacerdotal.
La actitud generosa de Jesús mediador fue la de acoger plenamente la solidaridad humana. El
sufrimiento humano existía; la muerte, el pecado, existían. Jesús descendió hasta el fondo de esta
miseria introduciendo allí su amor y trazando así una vía de salvación. Hizo del sufrimiento y de la
muerte una ocasión de amor extremo. Trazó la vía de la Nueva Alianza, la vía de comunión con Dios
recuperada para nosotros pecadores.
Card. Albert Vanhoye: “Acojamos a Cristo nuestro Sumo Sacerdote” Pag. 39‐40
“Si soy Redentor, soy también, por este mismo hecho, el Mediador supremo entre los hombres
y la Trinidad, entre la Trinidad y los hombres.
¡Qué dicha para los hombres tener un Dios hombre!, a un Corazón de hombre‐Dios, que lleva
sus mismas entrañas de amor. ¿Qué haría la humanidad, si el Verbo no hubiera tomado su carne
misma?
Sólo por esta ligación del Verbo con el hombre, tiene el hombre derecho al cielo. Sólo por el
Verbo hecho carne, tienen valor sobrenatural los actos. Sólo por el Verbo hecho carne, tienen vida
en abundancia la mortal y la eterna; tienen verdadera vida las almas, porque Yo soy la Vida. En Mí
está la Vida verdadera, la Luz indeficiente, la Verdad infalible. En Mí está todo, porque soy el lazo
divino que une la tierra con el cielo.”
Cuenta de Conciencia Tomo 52,147. 24 de Junio de 1928
“Cierto que soy Dios, pero también soy hombre, y quise cargar las miserias del hombre para
expiarlas; quise sentir como el hombre y llorar como el hombre, y estremecerme con las mismas
penas y gozos del hombre. Así es que aunque esté en el cielo, sé agradecer, sé sentir y conmoverme,
porque la sensibilidad del hombre, afinada y divinizada, la llevo Yo en mi alma, en mi corazón, en
todo mi Ser.
Al tomar la naturaleza humana, tomé el amor al hombre, por llevar la sangre del hombre, la
fraternidad con el hombre; y conjuntas las dos naturalezas, la divina y la humana, divinicé, con el
contacto del Verbo, al hombre, elevándolo de lo terreno para que aspirara al cielo.
Pero entre todos los hombres, distinguí a los que deberían ser míos, a los sacerdotes otros Yo,
que continuaran la misión que me trajo a la tierra, y que fue llevar a mi Padre lo que de Él salió:
almas que lo glorificaran eternamente.
8 de Diciembre
150º Aniversario de su nacimiento
3 de Marzo
75º Aniversario de su muerte
Aquí está el secreto de la atracción del sacerdote para con las almas, de la fecundidad de su
apostolado, de la comunicación de pureza, de unción, de luz, de virtudes, de lo divino a ellas, porque
no es el sacerdote el que vive, sino Yo en él, con todas mis virtudes, carismas y dones, y aun,
esplendores eternos de la Trinidad, comunicados.” C.C. 50, 199‐200. 11 de Enero de 1928
CRISTO VÍCTIMA
“No quisiste oblación ni holocaustos…pero me diste un cuerpo…he aquí que
vengo para hacer oh Dios, tu voluntad.” Heb. 10,7.9
La finalidad del sacrificio es cambiar las disposiciones del hombre, no las disposiciones de Dios. Su
finalidad es la de “hacer perfecto en la conciencia al oferente”, ofrecer a Dios un corazón purificado
y dócil. Hasta que no sea cambiado el corazón del hombre no es posible una auténtica relación con
Dios, y por tanto no se hace realidad la finalidad del sacrificio.
Una aspiración religiosa no basta para cambiar la conciencia de un pecador. Para dar al hombre
pecador el contacto auténtico con Dios es necesaria una mediación eficaz. El pecador debe ser
ayudado por un mediador que no sea él mismo un pecador y que abra la vía a la comunicación con
Dios.
Cristo ofreció su propia vida, afrontando los sufrimientos y la muerte en la perfecta obediencia a la
voluntad salvífica del Padre y con un amor generosísimo a nosotros los hombres. Su sangre expresa
este aspecto de muerte violenta transformada en ofrenda de obediencia filial y de solidaridad
fraterna.
Card. Albert Vanhoye: “Acojamos a Cristo nuestro Sumo Sacerdote” Pags. 115‐117
Habla Jesús:
“Yo sabía que iba a morir; que vine a la tierra sólo para santificarla en el amor, y dejar en ella a
mi Iglesia, para conducir con mi doctrina única, a la humanidad hacia el cielo.
Todo un Dios, no encontró manera más propia para satisfacer su sed de acercamiento con el
hombre, que bajar al mundo como hombre, y quedarse en la Eucaristía como hombre, con corazón y
latidos y caricias de hombre, sin dejar de ser Dios.
Y mira qué portento: quiso Dios juntar los polos; la Divinidad con la humanidad culpable, que
necesitaba de una carne pura para purificarse, y de un amor divino para divinizarse.
Yo mismo, Dios hombre, perdonaba y expiaba; redimía y premiaba; pero ¡a costa de cuántas
penas externas e internas!, ¡a costa de cuántos sacrificios, que han pasado y pasarán
desapercibidos para el mundo sensual, y aun para muchos corazones de los míos!
Jesús, Salvador en la tierra, continúa siendo Jesús Salvador en el cielo, presentando ante la
Divinidad mi Sangre (en cada Misa sobre todo) y mis méritos, mis llagas, mi amor al hombre,
conmoviendo a la Divinidad en favor del hombre.
¡Qué pocos piensan en mi papel de Redentor como hombre Dios, y de Salvador como Dios
hombre!
Y pocos se me hacen los siglos, para seguir ofreciendo a la Divinidad ultrajada, los méritos del
hombre Dios, adquiridos sobre la tierra, asociando a esas expiaciones voluntarias, los dolores de
muchas almas y de muchos cuerpos que, entrando en mi unidad, se sacrifican en la tierra,
completando mi Pasión que nunca se completa, porque nunca cesan los pecados del hombre.
C.C. 50, 320‐326. 29 de enero de 1928.


FELIZ PASCUA FLORIDA.    FELIZ RESURECCIÓN EN LAS ALMAS DE BUENA VOLUNTAD ¡¡¡¡¡¡¡¡
     .........CON ESTAS PALABRAS DE MONSEÑOR LUIS MARIA MARTINEZ . OBISPO  MEXICANO Y 
     DIRECTOR ESPIRITUAL DE CONCEPCION CABRERA DE ARMIDA:


  "TODAS  LAS  FUENTES  DE  LA  ALEGRÍA  PARECEN  ABIERTAS  HOY  PARA  NOSOTRAS:  LA  PRIMAVERA,  QUE  ES  LA  ALEGRÍA  DE  LA  NATURALEZA,  ESPARCE  POR  TODAS  PARTES  SU  CALOR  Y  SUS  PERFUMES;  LA  PASCUA,  QUE  ES  LA  PRIMAVERA  DE  LAS  ALMAS,  HACE  RESONAR  EN  EL  MUNDO  EL  CÁNTICO CELESTIAL  DEL  JÚBILO,  EL  "ALELUYA"  DE  LA  RESURRECCIÓN,  Y  ESTE  DÍA  ESTÁ  CONSAGRADO  PARA  JESÚS  Y  PARA  NOSOTRAS  CON  LA  UNIÓN  DE  LA  ALEGRÍA,  CON  EL  GOZO  DEL  AMOR.  Y  COMO  ESTE  GOZO  ES  EL  DE  JEÚS,  DEL  CUAL  DIJO  ÉL  MISMO  <NADIE  OS  PODRÁ  QUITAR  VUESTRO  GOZO>,  LA  LEGRÍA  QUE  HOY  SENTIMOS  NO  LA  TURBAN  NI  NUESTRAS    MISERIAS,  NI  NUESTRAS  PENAS.

    ¡QUÉ  PEQUEÑOS  Y  SUPERFICIALES  APARECEN  ANTE  ESE  GOZO  SUPREMO  LOS  DOLORES  Y  LAS  MISERIAS  DE  ESTA  VIDA!  ¡CÓMO  NUESTRA  VIDA  ES  EN  EL  FONDO  PAZ  Y  ALEGRÍA  PORQUE  ES  AMOR!  AUNQUE  EN  LA  SUPERFICIE  HAYA  LÁGRIMAS  Y  GEMIDOS,  EN  LO  ÍNTIMO  NO  HAY  MÁS  QUE  UN  JUBILOSOINTERMINABLE  "ALELUYA".

miércoles, 4 de abril de 2012

Vivencia de la grandeza de la Espiritualidad de la Cruz

http://www.youtube.com/watch?v=TAYVVMmjGKo  PROCESION DE LA CENA EN CÁDIZ. ESPAÑA, 2012.   Impresionante ver ese paso en la calle con trece imágenes sentadas a la mesa institucional eucarística. Salimos en esta cofradía Manyy y yo desde hace cinco años. Quiero relataros esto porque me llena de orgullo poder ver como Dios va haciendo en los corazones y en las realidades de otras sociedades. Domingo de Ramos. 6 de la tarde. Clima precioso y perfecto para procesional. Milagrosamente, comentan los cofrades, se ha abierto el cielo que hasta hace escasas horas estaba negro de intensas lluvias. Las calles llenas de gentes, cofrades, cargadores, bandas de música, los medios de comunicación, padres enseñando a sus hijos las tradiciones locales, los bares llenos, el turismo a tope y la Cruz de Guía de mi cofradía se abre paso entre el gentío. Bajo la túnica blanca de mi hermandad, se esconde “un secreto que cuelga de mi cuello”. Es algo que representa lo que ahora mi vida es y la llena toda, pero no puedo exhibirlo, las normas me prohíben ninguna insignia que no sean las reglamentarias del cofrade. El rostro cubierto y, a la usanza que la tradición más recia de la vieja y católica España marcan, se esconden mi cara, mis expresiones y me suma en un anonimato auténtico que me permite vivir con recogimiento y silencio un recorrido procesional lejos de compromisos y saludos o conversaciones con las gentes, salvo los que el penitente quiera. Así transcurre la larga fila de hermanos que, a lo lejos serpentea como blancas agujas de altos y agudos capirotes penitenciales. Los cirios rojos encendidos hacen un perfecto camino anteponiéndose al paso de Jesús de los Milagros en la Sagrada Cena y, como si de una alfombra encendida se tratara que va marcando el camino al Rey de los caminos. Así es la ornamenta de mi cofradía, blanco de túnicas y capirotes, como el Cuerpo de Cristo; rojo de cirios y cíngulos como la Sangre de mi Señor. A uno de los lados de la estrecha calle, veo un rostro conocido de mujer, sola, pensativa, pendiente de todo lo que pasa. La marcha de la procesión se para de momento y caigo a su lado. Manteniéndome en mi sitio, rígida, quieta, la miro. No me conoce, no sabe quien soy. En cambio, aunque mi intención es pasar desapercibida,necesito que me conozca. La miro intensamente y ella detiene su mirada, no consigue conocerme, me sonríe cortésmente y sigue  en su observancia de lo que pasa. Creo que está rezando. La vuelvo a mirar, ya con cierta angustia por la imposibilidad de descubrir mi rostro y tampoco surte efecto esta vez. Mi interlocutora sin locución... está apoyada sobre una fachada en la acera de mi izquierda y me sigue mirando con mas interés aun porque sabe que nos conocemos y nota mi insistencia. En mi mano derecha llevo el largo y pesado cirio encendido y aunque con la izquierda voy rezando el Rosario, me da capacidad para introducirla bajo el antifaz que cubre mi cara y saco con cierta discreción y honrosa timidez lo que al principio llamé “un secreto colgado al cuello”. Saco un objeto metálico, ella lo ve y, sin espavientos y con gesto cómplice pero discreto, mete su mano levemente en el pecho y saca otro elemento igual. Este es el momento, su boca dibujó una sonrisa y sus ojos se cerraron asintiendo, mis ojos sonrieron por los agujeros del blanco antifaz y luego también se cerraron corroborando lo que ya no es una intriga. Se han encontrado en una calle cualquiera de Cádiz dos cruces del Apostolado. Encuentro inesperado y desapercibido de la Espiritualidad de la Cruz allende los mares. Aquí, dentro de mi procesión, en el entorno de mi fe, delante de la Instirución de la Eucaristía, aquí digo, salió a encontrarse la espiritualidad de mi madre Concha con el espíritu religioso y costumbrista de Cádiz. Y ahora si .- hasta el martes Mari Angeles que tenemos reunión de la Espiritualidad. .- Hasta luego Charo, ya me acordaba. Que tengas buen recorrido.  Y ambas seguimos en nuestros papeles. Cuando la procesión avanzó un poco, volví la vista atrás y aún Mari Angeles agarraba fuertemente la cruz dentro de su mano y sobre su pecho. Yo, que aun tenía por delante muchas horas de procesionar, seguí con mi Rosario en una mano, en la otra mi cirio cuaresmal encendido y en el alma una Cruz apostólica plena de virtudes por estrenar y la imagen de mi madre Concha. A ti Concha te envolví toda la noche con el incienso santo, te porté en mi recorrido sacrificial, te dejé oler este aire marinero, te expliqué las costumbres locales, disfrutamos de las marchas procesionales y te pedí una y mil veces que está Cruz del Apostolado, ojalá un día pueda enamorar a mis conciudadanos y explicarles, como a mi me explicaste, cómo Cristo quiere y salva. Estas son las cosas de Dios, estas son sus bromas mas serias. Una espiritualidad que aspira a ser conocida en el sur de España y que ya va teniendo sus frutos. Bendito seas mi Dios por tus bromas, que no me dan risa sino alegría. Esto os quise compartir porque encontré un nexo entre patrias. España me vió nacer. México me ha visto renacer. Gracias Concha Cabrera de Armida, mi madre por mas señas, porque aún no has terminado tu labor. charo soto cruz.