martes, 26 de diciembre de 2017

5ª REGLA. LA POBREZA

Se trata de una pobreza evangélica, no social; religiosa o económica.
         Señala 3 formas de vivir la pobreza: voto, grande cariño, experimentar sus efectos
         La pobreza que enseña esta regla 5ª nace del
           Amor a Cristo.
     Lo primero que realiza el amor divino en el corazón del consagrado en pobreza es
              una sustitución de valores: "Todo lo tengo x basura ante la sublimidad de Cristo, mi Señor"
(Ef. 3, 8)
       Una nueva jerarquía de afectos: las rupturas que superamos al corresponder a la vocación:
             "no conozco a nadie según la carne" San Pablo.


         Para vivir verdadera pobreza evangélica debemos atender
         -más a la educación sobre los valores que sobre el uso de los bienes;
        -a la formación de la afectividad que sobre la administración.
Jesucristo debe ser el supremo valor, el supremo centro afectivo del pobre.
Se propone una pobreza sacerdotal:
que pone en relación con Dios y con el hombre. Esta es la acción sacerdotal de
todos los bautizados.

*** APOSTOLADO DE LA CRUZ * PUERTO DE SANTA MARÍA ***


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