martes, 26 de diciembre de 2017

2ª REGLA.    LA PUREZA

 -Al decir “muy puras”, no se trata de luchar contra los pecados mortales o veniales, ni de hacerlo contra las imperfecciones, es practicar constantemente las Virtudes, el mayor número de ellas y hacerlo puramente.
 -“De alma y cuerpo”.
La pureza afina el amor y da capacidad para percibir a Dios: “Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios” (Mt. 5, 8)
-En la medida que el Espíritu Santo vaya purificando el corazón, el cristiano crecerá en el conocimiento de Cristo.
Cristo viene a purificar todo mal, toda deficiencia en el Amor:
Ese es el Sacerdote que nos convenía: Santo, Puro, Inocente”… (Hb. 7, 26)
Para haber Pureza, dice la Sierva de Dios en sus escritos, tiene que haber no solo humildad, sino un ejercicio de Virtudes. Nunca hay Pureza de cuerpo y alma donde hay manchas”. (Vida VI, 167)
-Este trabajo implica un proceso positivo de divinización, no nos debe asustar sino alegrar.
                    
-La pureza que se propone depura las Virtudes; y dentro de la Cadena de Amor, esta Pureza desarrolla la fuerza unitiva y la difusión de todas las Virtudes.

Pero hay que trabajarlas con limpieza, hilar fino; ser puros de verdad hasta el último minuto de nuestras fuerzas con la ayuda de los Dones del Espíritu Santo.

Cristo lleno del Poder del Espíritu viene a transformar:
*al hombre en Hijo de Dios;
*al Hijo de Dios en Salvador de los hombres.

FRASES DE CONCHITA:
-“Toda pureza se compra con sacrificio”. (VIDA VIII, 69)
-“Para conservar la pureza de mi alma hago a menudo actos de contrición”  (CC. 36,)


*** APOSTOLADO DE LA CRUZ * PUERTO DE SANTA MARIA ***

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